Una historia de violencia

Una historia de violencia. EEUU-Canadá (2005, 96 minutos)

• Director: David Cronenberg.
• Intérpretes; Viggo Mortensen, María Bello, Ed Harris,William Hurt, Ashton Holmes.
• Guión: Josh Olson (basado en el comic de John Wagner y Vince Locke)
• Música: Howard Shore.

Reseña

Llamada de atención: los incondicionales de David Cronenberg, los morbosos recalcitrantes y psicópatas irrecuperables no van a encontrar aquí más de lo mismo. Bueno, esto no es del todo cierto porque, puntualmente, podrán disfrutar de alguna ración de su repertorio más brutal, como dijo cierto crítico “esta peli no es de nada, pero hay de todo”. No encontraremos las obsesiones genético-sexuales (“La Mosca”, “Inseparables”) ni el regusto por la carne y la sangre (“Crash”, “Videodrome”). A los buenos aficionados “Una Historia de Violencia” nos sorprenderá al ofrecernos un apañado pastiche multigénero donde convive el episodio costumbrista con personajes emparentados a Ronald McDonald, la cinta de adolescentes con matón de instituto incluído y el cine de inspiración “noir” que, procedente del comic y salvando las distancias, hemos visto recientemente en, por ejemplo, “Camino a la Perdición”.

Sin embargo, Cronenberg no puede, así como así, desprenderse de todas sus manías y nos ofrece la más habitual: la dualidad (“la mosca, inseparables, crash”, etc.). El protagonista de la historia, un pacífico propietario de cafetería de pueblo al que Viggo Mortensen no termina de coger el punto, es aquí una suerte de Jeckill & Hyde a la inversa donde el monstruo es el origen y cuya maldad intrínseca es domada por la chica, una María Bello impresionante (atención a su disfraz de colegiala) que lima todos los dobleces interpretativos de su compañero. Al menos hasta que la casualidad le obliga a soltar ligeramente a la bestia, eso sí, en legítima defensa, y todo el pasado emerge del pozo en toda su crudeza. La clásica lucha bien-mal con una familia entre sorprendida y engañada que pasa en poco tiempo del orgullo de tener un héroe en la familia a la desesperación de no saber con quien han estado durmiendo tantos años.

Hasta aquí las sorpresas. La peli es buena, en serio. Entretiene y te pega a la pantalla. Y la galería de actores secundarios es excelente: a destacar un sobrio Ed Harris en un papel que se le queda corto y un sorprendente William Hurt en un villano que nunca habríamos imaginado y que, aunque no le pega nada, borda con maestría.

Película reproducida en la VI Muestra de Cine Internacional del año 2006.

Reseña elaborada por el socio de la Sección de Cine del Ateneo de Córdoba Cristóbal Domínguez Cantillo.