Fandango personal

El Fandango es una forma musical propia del folklore de toda Andalucía. Sobre esta base regional, determinados artistas crearon un Fandango propio, que recibe el nombre de cada cantaor. Es lo que se conoce como Fandangos Personales. El Fandango Personal no lleva compás, sino que se hace un cante libre. Por esta circunstancia no es bailable.

Los fandangos personales se presentan en estrofas de 4 ó 5 versos. Los versos miden 8 sílabas, es decir, son octosílabos.

El nacimiento y desarrollo de las formas personales del Fandango tuvo una época cronológica: desde 1890 hasta 1925. Este fue el período de esplendor del Fandango en todas sus modalidades y los fandangueros eran muy conocidos del gran público.

La personalidad de los propios intérpretes es lo que hace diferente y rico este tipo de cante.

Hablemos de algunos de los más importantes:

Fandango de Juan Varea

A nadie se parecía

aquella cara gitana

tenía una cosa tan rara

que explicarlo no podría

pero a mí me envenenaba.

Fandango de Manuel Vallejo

Una mujer golpeaba

en la puerta de un convento

quería meterse dentro

que el mundo le repugnaba

harta de pasar tormento..

Fandango de José Cepero

Iba diciendo ayer tarde

que no había mujer buena

volví la cara p'atrás

y me encontré con mi mare

de pena me eché a llorar.

Fandango del Carbonero

Con las lágrimas se va

la pena grande que se llora

la pena grande es la pena

que no se puede llorar

y esa no se va, se queda.

Fandango de Manuel Torre

Blanca paloma te traigo,

que del nío la cogí,

la mare se queó llorando

como yo lloré por ti. :

La solté y se fue volando.

Fandango de El Niño Gloria

Te tiene que llegar el día

que llores por mi querer

con un llanto tan profundo

que tengas tú que aborrecer

a quien tú quieras más en el mundo.

Fandango de Macandé

Los besos que se compran con el dinero

no son besos de verdá,

que los besos verdaderos

son los que una madre da,

que esos no cuestan dinero.

Fandango de El Sevillano

En mi casa ya no quea

ni silla donde sentarme,

pa qué si ya no me dejan

ni el derecho de cansarme,

ni nadie escucha mis quejas.

Fandango de Pepe Marchena

Cuando empezaste a vivir

tú me pediste consejo,

yo gustoso te lo di

y ahora que me he puesto viejo

que yo te lo pido a ti.

Fandango de Rafael el Tuerto

Agonizando la pobre mi madre

a su cama fue y me llamó

con qué pena yo moriría

por no poder comprender

lo que decirme quería.

Fandango de El Corruco

No te hagas e! inocente

que eso conmigo no va,

que yo conozco a la gente

lo que tienen de maldad

con mirarla frente a frente.

Fandango de Manolo Caracol

Ay, dinero, ay, dinero!

mal fin tengan los dineros,

que la muerte ha de venir

pal rico y pal pordiosero,

qué cuidao se me da a mí.

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• Centro Andaluz de Flamenco