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Catón el Joven
Marco Porcio Catón (Roma, 95 a. C. – Útica, 46 a. C.) fue un político romano.
También se lo llama Catón el Joven o Catón de Útica para distinguirlo de su bisabuelo Catón el Viejo o Catón el Censor (234-149 a. C.).
Contenido
- 1 Su juventud
- 2 El inicio de su vida política
- 3 Catón y los optimates
- 4 La lucha política contra el Triunvirato
- 5 Gobernador en Chipre
- 6 La guerra civil
- 7 Las reacciones tras su muerte
- 8 Descendientes y matrimonios de Catón
- 9 Cronología
- 10 Representaciones de Catón en la ficción
- 11 Notas
- 12 Véase también
- 13 Enlaces externos
Su juventud
Catón nació en el 95 a. C. en Roma, hijo de Marco Porcio Catón y su esposa Livia Drusa. Quedó huérfano muy pronto, y fue llevado a vivir a la casa de su tío materno Marco Livio Druso, quien también estaba a cargo de Quinto Servilio Cepio y Servilia Cepionis, hijos del primer matrimonio de Livia, así como de Porcia Catonis (hermana de Catón) y Druso Nerón (hijo adoptivo de Livio). Druso fue asesinado cuando Catón contaba cuatro años.
La leyenda de la terquedad de Catón comenzó siendo éste muy joven. Sarpedón, su tutor, decía de él que era un niño obediente e inquisitivo, aunque lento a la hora de dejarse persuadir de las cosas, y en ocasiones, un niño difícil. En una historia contada por Plutarco se dice que Quinto Popedio Silón, jefe de los marsos y defensor de la concesión de la ciudadanía romana a los pueblos de Italia, hizo una visita a su amigo Marco Livio, donde conoció a los niños de la casa, y en broma, pidió a éstos el apoyo para su causa. Todos ellos comenzaron a bromear y sonreír excepto Catón, que miró fijamente al huésped de una forma sospechosa. Silo le pidió una contestación, y viendo que el muchacho no le contestaba, tomó a Catón y le colgó sujeto de los pies por la ventana. A pesar de ello, Catón no le dijo nada. Como amigo de su familia, a Lucio Cornelio Sila, el dictador romano, le gustaba hablar con Catón y con su inseparable y afeminado hermanastro Cepio, y apreciaba su compañía a pesar de que el joven adolescente desafiara sus opiniones en público.
El inicio de su vida política
A su regreso a Roma en el 65 a. C., Catón fue elegido como cuestor. Como con todo lo demás en su vida, tuvo gran cuidado en estudiar lo necesario para este puesto, en especial las leyes relativas a los impuestos. Una de sus primeras actividades fue la persecución de anteriores cuestores por apropiación ilegal de fondos y conducta deshonesta. Catón persiguió también a los informadores de Sila, los cuales habían actuado como «cazadores de cabezas» durante la tiranía de éste, a pesar de las conexiones políticas con el propio partido de Catón, y a pesar del poder de Pompeyo, conocido como «el joven carnicero» por sus servicios bajo el gobierno de Sila.
Los informadores de Sila fueron acusados de apropiación ilegítima de dinero del Tesoro, y posteriormente de homicidio. Hacia el final del año, Catón cesó en su puesto de cuestor, aunque nunca dejó de tener un ojo puesto sobre el Tesoro, buscando siempre cualquier irregularidad.
Catón y los optimates
Como senador, Catón fue escrupuloso y determinado. Nunca dejó de asistir a una sesión del senado, y criticó públicamente a aquellos que no lo hacían. Desde el primer día se alineó con los optimates, la facción conservadora del Senado. Muchos de los optimates de aquel momento habían sido amigos personales de Sila, a quien Catón había desdeñado desde su juventud, y Catón trató de hacerse un nombre devolviendo a su facción a sus puras raíces republicanas.
En el 63 a. C. fue elegido tribuno de la plebe, y ayudó en su trabajo a Marco Tulio Cicerón, el cónsul menor de aquel año, especialmente en la lucha contra la conspiración de Catilina. Lucio Sergio Catilina, un noble patricio, estaba liderando una rebelión dentro de Roma, con el propósito de convertirse en rey. Cicerón y Catón aniquilaron el peligro y persiguieron a todos los hombres involucrados, sentenciándoles a muerte (pena muy inusual para un ciudadano romano). En el debate público al respecto, Julio César convino en que los conspiradores eran culpables, oponiéndose a un juicio público para ellos; a pesar de esto, César abogó por una sentencia al exilio de por vida para los conspiradores mientras sus camaradas aún estuvieran alzados en armas.
De esta polémica datan las diferencias políticas y personales entre Catón y César. En un encuentro en el Senado dedicado al asunto Catilina, Catón reprochó ásperamente a César por leer sus mensajes personales mientras el Senado estaba en una sesión discutiendo este asunto tan crucial. Catón acusó a César de estar involucrado en la conspiración, sugiriendo que trabajaba en favor de Catilina, lo que explicaría los motivos de César para pedir que no se hiciera juicio público a los conspiradores y que se les mostrara clemencia. César replicó que únicamente leía una carta de amor. Sin creerse una excusa tan pueril, Catón tomó el papel de sus manos y lo leyó. Desafortunadamente para él, César tenía razón; era ciertamente una carta de amor de su amante Servilia Cepionis, la hermanastra de Catón. Esto se convirtió rápidamente en un pequeño escándalo personal. Servilia hubo de divorciarse de su marido y los senadores romanos empezaron a preocuparse por la imagen pública de sus casas. Mientras, César se hacía famoso por parecer que se acostaba con las mujeres de sus enemigos políticos. Algunos pensaban que la misma mujer de Catón, Atilia, fue una de las conquistas de César, aunque esto no pasó de ser una especulación.
Tras divorciarse de Atilia, Catón se casó con Marcia Filipa, hija de Lucio Marcio Filipo. Unos años más tarde, sin embargo, su amigo Quinto Hortensio, un anciano conocido por sus aptitudes retóricas, pidió la mano de la hija del anterior matrimonio de Catón. En aquel momento, Porcia Catonis estaba casada con Calpurnio Bibulo quien se mostraba reticente a dejarla. Debido a esto, Catón dio el sorprendente paso de divorciarse de su esposa Marcia y entregarla en matrimonio a Quinto Hortensio. Tras la muerte de éste, Catón volvió a casarse con Marcia por segunda vez, heredando de paso parte de la fortuna de Hortensius.
La lucha política contra el Triunvirato
Tras la conspiración de Catilina, Catón empleó todas sus habilidades políticas para oponerse a los designios de César y sus aliados en el llamado Triunvirato (Pompeyo y Craso), los cuales ostentaban un quasi-monopolio del poder sobre los dominios del estado romano. Con César, Pompeyo y Craso tenían acceso a la asamblea popular. Con Pompeyo, Craso y César tenían acceso a las legiones de Roma. Con Craso, César y Pompeyo obtenían el apoyo de los recaudadores de impuestos y a la fortuna obtenida a expensas de las provincias.
La oposición de Catón se dio en dos vías diferentes:
- En primer lugar, el el 61 a. C., Pompeyo volvió de su campaña Mithridatica con dos ambiciones: celebrar el triunfo y convertirse en cónsul por segunda vez. Para conseguir ambos objetivos, pidió al Senado posponer las elecciones consulares hasta después de su regreso triunfal. Al principio, y debido a su enorme popularidad, el Senado estuvo dispuesto a aceptarlo. Entonces intervino Catón, convenciendo al senado para forzar a Pompeyo a elegir. El resultado fue un tercer triunfo de Pompeyo, uno de los más magníficos nunca vistos en Roma. A continuación, Catón aplicó la misma ley al año siguiente con César, quien volvía de su campaña en la Hispania Ulterior; pero César eligió perder el derecho a un triunfo y optó por el consulado para obtener con éste la inmunidad sobre la persecución por su brutal conducta contra una ciudad aliada de Roma.
- Cuando César se convirtió en cónsul, Catón se opuso a cada una de las leyes que éste sugería, especialmente a las leyes agrarias que otorgaban tierras de cultivo a los veteranos de Pompeyo sobre terrenos públicos. César respondió arrestando a Catón cuando éste pronunció un discurso contra él en el «rostra». Muchos senadores protestaron entonces por este uso extraordinario y sin precedentes de la fuerza, amenazando con acompañar a Catón a la prisión, y César tuvo que aplacarles. A pesar de su liberación, Catón no redujo su oposición a los triunviros, tratando sin éxito de impedir el nombramiento de César como gobernador de Iliria y la Galia Cisalpina durante cinco años, donde César podría escapar de nuevo a la persecución por su conducta en Hispania.
Gobernador en Chipre
La oposición de Catón a César y a sus aliados en el triunvirato llevó finalmente a aquél fuera del país. El incentivo era, sin embargo, demasiado bueno para ser rechazado: el gobierno de la nueva provincia de Chipre. Catón les acusó de intentar deshacerse de él, pero aceptó el honor de ser gobernador sobre el simple cargo de pretor.
Su labor sería mostrar al mundo cuánto tenía de filósofo estoico, así como poner en valor su concepto de la política exterior. La provincia era rica tanto en oro como en oportunidades para el desfalco. Contra esta práctica muy común, Catón preparó unas cuentas inmaculadas para enviarlas al Senado de Roma. De acuerdo con la crónica de Plutarco, Catón reunió la enorme suma de 7000 talentos de plata para el Tesoro romano. Catón había previsto cada mínimo detalle para el envío, incluyendo atar cuerdas a las cajas con grandes trozos de corcho en el otro extremo, de manera que pudieran ser localizadas en caso de naufragio. Por desgracia, la suerte le jugó una mala pasada. Ninguno de sus perfectos libros de cuentas sobrevivió: el que estaba en su poder se quemó, y el otro se perdió en el mar junto al liberto que lo transportaba. Sólo la intocable reputación de Catón le salvó de la acusación de desfalco.
El senado de Roma reconoció el esfuerzo realizado en Chipre y le ofreció un recibimiento en la ciudad (honor de menor rango que un triunfo), un pretoriado extraordinario y otros privilegios, todos los cuales fueron obstinadamente rechazados por Catón como honores ilegales.
La guerra civil
El triunvirato de César, Pompeyo y Craso se rompió en el 54 a. C., al mismo tiempo que Catón era elegido pretor. Creyendo a sus enemigos en problemas, Catón y la facción de los optimates del Senado intentaron durante los años siguientes forzar el regreso de César desde la Galia, donde éste había cruzado ilegalmente a Germania. Fueron tiempos de disturbios políticos, cuando demagogos patricios como Publio Clodio Pulcro intentaron hacer carrera política a través del apoyo de la muchedumbre y recurriendo a la violencia. Catón luchó contra todos ellos, y terminó como aliado y asesor político de Pompeyo.
En el año 49 a. C., César cruzó el Rubicón acompañado de su decimotercera legión para obtener un segundo consulado mientras conservaba una fuerza militar que le permitiera protegerse de la persecución. César fue declarado formalmente enemigo del Estado, y comenzó a perseguir al partido senatorial, ahora liderado por Pompeyo. Pompeyo abandonó la ciudad para hacerse fuerte en Grecia, y Catón viajó junto a él.
Tras haber reducido inicialmente a César en la batalla de Dirraquium, el ejército liderado por Pompeyo fue finalmente derrotado por César en la batalla de Farsalia (48 a. C.). A pesar de ello, Catón y Metelo Escipión no se rindieron y escaparon a la provincia de África para continuar con la resistencia desde Útica. Debido a su estancia en esta ciudad y al mando del puerto, Catón es conocido algunas veces como Cato Uticensis (Catón de Útica). César continuó la persecución de Catón y Metelo Escipión tras instaurar a Cleopatra en Egipto, y en febrero del año 46 a. C. derrotó al ejército de Catón y Escipión en la batalla de Tapso.
Estando en Útica, Catón no participó en la batalla y, negándose a vivir en un mundo gobernado por César y rehusando concederle a éste el poder del perdón, se suicidó. De acuerdo a la crónica de Plutarco, Catón trató de suicidarse arrojándose sobre su propia espada, pero falló en su intento al tener la mano herida. Uno de los esclavos de Catón le encontró en el suelo y llamó a un médico para que atendiera sus heridas. Catón esperó hasta que terminaron de atenderle y le dejaron, para posteriormente quitarse los vendajes y, con sus propias manos, extraerse los intestinos, completando de esta horrible forma su suicidio.
César, que tras su victoria en Tapso había forzado la marcha hacia Útica, al conocer la noticia del suicido de Catón exclamó: «Catón, a regañadientes acepto tu muerte, como a regañadientes hubieras aceptado que te concediera la vida».[1]
Las reacciones tras su muerte
Catón es recordado como un filósofo estoico, y uno de los más activos defensores de la república. Sus altos valores morales y su virtud incorruptible le hicieron ganarse el respeto incluso de sus enemigos políticos como Salustio (que es la fuente sobre la anécdota de César y la hermanastra de Catón). Tras su muerte, Cicerón escribió un manifiesto elogiando las cualidades de Catón, al cual César (que nunca le perdonó tantos años de obstrucciones al incremento de su poder) contestó con un discurso en contra de Catón. El panfleto de Cicerón no ha sobrevivido, pero sus contenidos pueden ser deducidos a partir del relato de Plutarco sobre la vida de Catón, que también repite muchas de las historias que César hizo circular en su campaña en contra de Catón.
Los republicanos bajo el régimen imperial le recordaron con cariño. Lucano, que escribió durante el gobierno de Nerón, hizo de Catón un héroe en el libro IX de su epopeya inacabada, la Farsalia. En la Divina Comedia de Dante, Catón es presentado como el guardián de las aguas cercanas a la isla del purgatorio.
De este último trabajo tiene su origen el epigrama «Victrix causa diis plascuit sed victa Catoni» (‘la causa de los vencedores plugo a los dioses, pero la de los vencidos a Catón’). Esta frase se encuentra también en la base del monumento memorial a los soldados confederados, en las afueras del cementerio de Arlington, en Washington D. C. (Estados Unidos).
Descendientes y matrimonios de Catón
- Primera esposa, Atilia (de la que se divorció por adulterio)
- Porcia Catonis, casada en primer lugar con Calpurnio Bibulo y posteriormente con Marco Junio Bruto
- Marco Porcio Catón, muerto en la Segunda batalla de Filipo
- Segunda y tercera esposa: Marcia Filipa.
Cronología
- 95 a. C.: Catón nace en Roma
- 67 a. C.: tribuno militar en Macedonia
- 65 a. C.: cuestor en Roma
- 63 a. C.: tribuno de la plebe, conspiración de Catilina
- 60 a. C.: Catón fuerza a César a elegir entre el consulado y el triunfo
- 59 a. C.: Catón se opone a las leyes de César
- 58 a. C.: gobernador de Chipre
- 54 a. C.: pretor
- 49 a. C.: César cruza el Rubicón e invade Italia. Catón huye a Grecia con Pompeyo
- 48 a. C.: batalla de Farsalia; Pompeyo es derrotado y Catón viaja a África
- 46 a. C.: derrota final en la batalla de Tapso. Catón se suicida.
Representaciones de Catón en la ficción
- En la serie televisiva Roma, el personaje de Catón está basado en una interpretación libre del Catón histórico por el actor Karl Johnson. Al contrario de lo mostrado en la serie televisiva, Catón era en realidad más joven que César o que Cicerón.
- En la miniserie de 2002 Julio César, Christopher Walken interpreta el papel de Catón, haciéndolo pasar de nuevo de manera errónea como mayor que César.
Notas
- ↑ Según Livius.org.
Véase también
Enlaces externos
Commons
Wikiquote
- Wikiquote alberga frases célebres de Catón el Joven.
- UV.es (Universitat de València: «La conjuración de Catilina»).
- UV.es (Universitat de València: «Julio César», un relato sobre la guerra civil).
Este artículo debe revisar su categorización por un bibliotecario (actualmente el encargado es Sir Arthur (dis. - cont.).