La verdad de un actor en escena

Dentro del ciclo Los martes del Ateneo en el Teatro Cómico Principal‭, tuvo lugar el pasado martes una sesión de teatro en la que el actor Juan Carlos Villanueva representó el monólogo Escoria, basado en textos de Papi y Cahue. La selección de textos y su dramaturgia son del propio intérprete, así como la dirección del monólogo.

En el espectáculo vemos a un hombre pegado a una botella de vino de la que frecuentemente bebe, hastiado de los muchos reveses de su mediocre vida cotidiana. Habla de sus recuerdos, de sus decepciones e ilusiones. Se queja del presente cargado de vulgaridad y miseria. Lanza sus protestas contra la indiferencia social que da la espalda a las más duras facetas de la realidad, la violencia, la prepotencia, las humillaciones y abusos sobre los débiles… Todo ello, lo argumenta el personaje enturbiado por la valentía que le da el alcohol, sin el cual, seguramente, no se atrevería a sacar los pies del plato.

El personaje ha sido trabajado por Juan Carlos Villanueva con grandes dosis de organicidad, intentando, y consiguiendo dar gran verismo a sus acciones y actitudes. El actor se emborracha en el personaje, logrando que sea a éste a quien consiga ver el público; el cual reconoció el trabajo del actor con una muy intensa ovación.

Ternura y sarcasmo

El texto, a veces amargo, a veces tierno, pero siempre poético y no exento de sarcasmo, es lanzado directamente sobre el espectador por la verdad con que el actor lo transmite, el cual dota de una agria comicidad a la desvalida situación del personaje y las cosas que le pasan.

Al parecer, el Ateneo tiene intención de, con cierta regularidad, ofrecer teatro en este local, algo loable y digno de ser celebrado, pero que puede tropezar con las pésimas condiciones que ofrece el recinto para el Arte Dramático. Deficiente la acústica, la visibilidad y el aprovechamiento de lo que podría ser el espacio escénico. No se comprende que el recinto tenga el pomposo nombre de Teatro Cómico Principal, a no ser que lo de Cómico sea una manera suavona de tomarse el teatro a cachondeo.

Miguel Ángel de Abajo
Diario Córdoba, 11 de octubre de 2001