Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).

PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA

Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba

Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.

CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.

Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.

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Mi vida sin mí

De Ateneo de Córdoba
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My Life Without Me
Título Mi vida sin mí
IV Muestra de Cine Internacional
IV Muestra de Cine Internacional

Ficha técnica
Dirección Isabel Coixet

Producción Esther García
Gordon McLennan

Guión Isabel Coixet

Música Alfonso de Vilallonga

Fotografía Jean-Claude Larrieu

Montaje Lisa Jane Robison

Vestuario Katia Stano

Reparto Sarah Polley (Ann)
Mark Ruffalo
Amanda Plummer (Laurie)
Scott Speedman (Don)
Leonor Watling (vecina)
Deborah Harry (madre)
María de Medeiros (peluquera)
Alfred Molina

Datos y cifras
País(es) España
Canadá
Año 2003
Duración 106 minutos

Compañías
Productora El Deseo D.A.
Milestone Productions Inc.

Reseña

Mi vida sin mi.jpg

Que Isabel Coixet es una cineasta con una mirada profundamente personal y una querencia por historias a contrapelo, ya había quedado sobradamente demostrado a la vista de sus dos primeros films (Cosas que nunca te dije y A los que aman), todo un lujo de originalidad y un auténtico mérito en la paramera de nuestra cinematografía; pero más meritoria aún, si cabe, resultaba su voluntad de adentrarse en territorios narrativos tan peligrosos como el que le ofrecía el breve relato de Nancy Kincaid que acabaría convirtiéndose en el sustrato del guión de su último film, Mi vida sin mí: una auténtica bomba de relojería, repleta de melaza sensiblera a punto para estallar al más mínimo desliz.

Afortunadamente, y a la vista de los resultados, podemos respirar tranquilos: Isabel Coixet construye un drama intimista cuajado de sensibilidad, pero con unos aderezos de calma y ligereza que espantan cualquier sombra ominosa que se pudiera cernir sobre una historia cuya premisa argumental hubiera podido dar pie, en manos más torpes, a un monstruo lacrimógeno de magnitud inconmensurable; una chica joven, en la flor de la vida, con dos hijas pequeñas y una vida sencilla y apacible, aun dentro de la precariedad económica, que se enfrenta a un suceso personal terrible -el más terrible- a muy corto plazo, y decide afrontarlo con una valentía rayana en lo temerario y, sobre todo, con una determinación cartesiana de cerrar un proyecto vital conforme a unos esquemas totalmente definidos.

Evidentemente, no es el corte de historia que invita a una contemplación alegre y despreocupada, y, en la medida en que el desarrollo de su trama -soportada en una soberbia interpretación de su protagonista, la jovencísima actriz canadiense Sarah Polley- nos va absorbiendo, no se puede evitar la entrada en una suerte de tobogán de sentimientos, que oscilan, básicamente, entre la lástima, la comprensión y la admiración; pero, con independencia de determinados momentos puntuales que puedan resultar ciertamente truculentos o afectados (es el caso del romance, un tanto forzado, entre Ann y Lee; o esa conversación entre Ann y su vecina homónima -a la que encarna Leonor Watling-, donde el riesgo de la lágrima desatada siempre está a punto de consumarse), Isabel Coixet consigue mantener siempre un espíritu positivo e imprimir a su historia un cariz alejado de la negritud y la desesperación.

En definitiva, esta producción hispano-canadiense se erige como uno de los más sorprendentes y exquisitos frutos de la cosecha del pasado año 2003, y nos demuestra, una vez más, que cuando talento y voluntad -dos artículos que, a la vista del grueso de la producción cinematográfica que llega a las salas comerciales, terminarán convirtiéndose en especias para sibaritas dada su escasez- se aunan para contar historias que lleguen, vía cerebro, al corazón, sin apelar a la tripa, el espectador siempre termina quedando “touché”.

Película reproducida en la IV Muestra de Cine Internacional del año 2004.

Reseña elaborada por el socio de la Sección de Cine del Ateneo de Córdoba Manuel Márquez Chapresto.